sábado, 5 de noviembre de 2016

Cien Artistas, Cien Portadas (12) Roser Bru, Andres Sabella, Georges Sauré

Hoy daremos un vistazo al trabajo de tres artistas multidisciplinarios.  Son muestras del trabajo que en algún momento hicieron estos artistas y que en general son más conocidos por sus trabajos en otras áreas de la cultura.  De una de ellas veremos un trabajo muy joven, mientras de otro renombrado escritor veremos una de sus pinturas, y del tercero un comprometido y primigenio artista de la cultura de la década de los años 20 en diversos campos.

ROSER BRU.  Pintora y grabadora chilena de origen español, que llegará en el grupo de exiliados españoles arribados en el barco Winnipeg en el 1939.  Estudió arte entre 1939 y 1942 en la Escuela de Bellas Artes, para continuar con trabajo y estudio muchos años. Su trabajo es conocido y reconocido habiendo recibido varios premios de los que destacamos el recibido el 2015, el Premio Nacional de Artes Plásticas otorgado por el Gobierno de Chile, y anteriormente en 1995 la condecoración entregada por el rey Juan Carlos I de España al nombrarla comendadora de la Orden de Isabel la Católica. No es mucho su trabajo exhibido en portadas de libros, del que rescatamos un trabajo hecho muy tempranamente en el país en 1944 para un libro escrito por Alejandro Magnet, “El secreto Maravilloso” publicado por la Editorial Difusión Chilena, una obra de carácter infantil.


ANDRES SABELLA.   Nació y se crió en Antofagasta, nortina ciudad chilena.  Allí estudió y comenzó a escribir con 14 años. Incluso se dio el espacio para fundar una revista, Carcaj, y publicar su primer libro Rumbo Indeciso.  Se mudó a la ciudad capital, Santiago, en donde cursó estudios de derecho que no concluyó.  Durante este periodo, Sabella integró el grupo Avance, de tendencia socialista. En 1933 fundó la revista Hacia  y fue militante del Partido Comunista. En el año 1937 formó parte del grupo que fundó la Alianza de Intelectuales contra el Fascismo. Publicó poesía y prosa.  De la primera se ha señalado que  Pablo Neruda, quien haciendo referencia a las ciudades donde ambos se criaron (Temuco y Antofagasta respectivamente) sostuvo: "Mientras Sabella nortiniza la poesía, yo la ensurezco". En el año 1944 publicó su obra más reconocida, “Norte Grande”, donde describe ese territorio y sus ocupantes, especialmente aquellos relacionados con la sufrida industria del salitre. Otra de sus actividades más de “relajación” lo incluye el dibujo donde se conocen dibujos que enviaba de obsequio a sus amigos, así como portadas para libros de poesía.  Dentro de sus otras portadas  hay un muy pequeño grupo dedicadas a obras que llegan a un mayor público.  De ellas se cita habitualmente la que estamos exhibiendo aquí para el clásico de la industria ballenera chilena y la ciudad de Valparaíso, Mónica Sanders del escritor Salvador Reyes.



GEORGES SAURE. Nacido en Concepción de familia de origen francés, se hace conocido en Santiago a comienzos de los años 20 por sus dotes artísticas en nuevos géneros. Fotografía, en donde es autor de una icónico foto de Pablo Neruda; en afiches, en donde comparte honores con ilustres precursores del arte en Chile; en el grabado en linóleo en el país, y en el novedoso arte de hacer de las vitrinas comerciales un impacto fenomenal, en donde se destaca su trabajo en las de la Compañía de Electricidad que recién habían comenzado a usar la electricidad en ellas, cosa que hoy nos parece natural (de hecho es recordado por ello en libros con la historia de la Publicidad en Chile).  Y dentro de ese múltiple quehacer, una portada de un libro publicado por la Editorial Zamorano y Caperan en 1930. Es un trabajo de no-ficción de Jorge Schneider Labbe con el curioso título de “En el Antiguo Solio Virreynal. Un Film Limeño” que relata las impresiones de un chileno que visita la ciudad de Lima en la iniciación de las negociaciones diplomática, y su encuentro con la elite cultural de esa ciudad. El artista falleció en 1985.

sábado, 20 de agosto de 2016

ATO y las cubierta de partituras de la Casa Amarilla

Anteriormente hicimos una entrada dedicada a comentar algo sobre las partituras musicales y su relación con la ilustración a través de las cubiertas dibujadas que servían como atractivo enganche de ventas. Hoy exploraremos un caso especifico en Chile de un dibujante que firma como ATO y una gran número de partituras editadas por la Casa Amarilla entre los años 1920 y 1940.  Todo esto es posible gracias a la disponibilización de casi 800 partituras digitalizadas que la Universidad Católica de Valparaíso a través del Fondo de Investigación y Documentación de Música Tradicional Chilena ha realizado, permitiendo a los que se interese acceder a esa inmensa colección patrimonial.



En el fondo patrimonial expuesto hay partituras de variados locales, pero especialmente de la Casa Amarilla.  Este local nació a comienzos de los años 1920 en Santiago y muy pronto se posicionó como líder en la publicación de partituras musicales a gusto del público con ritmos musicales a la moda. En algunas de sus partituras ellos muestran una foto del local y la imprenta, y puede apreciarse la gran cantidad de obras expuestas.

 

Hay un artículo sobe la historia musical chilena que señala que la Casa Amarilla, que muy pronto puso una sucursal en Valparaíso, publicó del orden 4.500 partituras, mientras que en su publicidad señalan orgullosos publicar al menos dos novedades por semana.  Parecen números grandes, y personalmente creo que es una exageración. El fondo patrimonial de la UCV posee 771 partituras casi todas de la Casa Amarilla o de su sucesora en Valparaíso la Casa Wagner, mientras la Biblioteca Nacional en Santiago  dispone de cerca de 850 en el Archivo Musical que se identifican como Editorial Casa Amarilla.  Así las cosas creemos que se puede hablar de una cifra total del orden de la mitad señalada, osea cercana a las 2.000.
 

El artista que aparece firmando un gran número de cubiertas es ATO, y cuyos trabajos al parecer se concentran en dos períodos (al parecer, porque las partituras no usaban llevar una fecha de edición). El primero con dibujos más elaborados y más color bajo el sello de Casa Amarilla, desde los comienzos y hasta aproximadamente 1928 o algo así.  Luego hay un segundo grupo de trabajos publicados bajo el sello de Casa Wagner, Valparaíso a comienzos de la década de los 30. Cabe destacar que el cine sonoro comenzó a funcionar en Chile en 1929, momento en que puede observarse una fuerte demanda por partituras relacionadas a películas, y en donde en la cubierta de la misma suele usarse la foto de algún actor o actriz.

 

La segunda etapa de sus ilustraciones son consistente  con el único grupo de trabajos que no corresponden a partituras de ATO que conocemos.  Estas son una serie de ocho portadas para una “Colección Planeta Marte” con la serie de ocho novelas de Edgar Rice Burroughs sobre el personaje John Carter, bajo una editorial que al parecer no publicó ningún otro texto.

   

Según información recibida de una de las investigadores del fondo UCV, ATO correspondería al seudónimo de la esposa del gerente del local de la Casa Amarilla en Valparaíso, sin haber podido obtener más referencias ni nombre.

Al revisar la inmensa cantidad de obras dibujadas por ATO puede apreciarse una gran versatilidad de estilos,  adaptación a las limitaciones de imprenta y colores e interpretación del gusto de los compradores.  Y también puede apreciarse su gran capacidad de trabajo, dado que probablemente y por muchos meses debe haber creado una o dos ilustraciones por semana, todas consistentes con el tema cuya partitura se incluía.
   



Parte importante del patrimonio ilustrativo chileno que queremos destacar hoy.



domingo, 7 de agosto de 2016

Cien Artistas, Cien Portadas (11) Sienna, Masereel, De la Fuente

Hace unos días se entregaron en Chile los Premios Pedro Sienna, y esto nos da la excusa para mostrar otra faceta de este multifacético artista. De igual forma el descubrimiento de un libro de los años treinta con grabados de madera de Franz Masereel nos llama la atención para destacar a un notable artista. Y finalmente una muestra de la época chilena en la vida de uno de los grandes artistas mundiales del cómic Víctor de la Fuente, nos permitirán completar esta entrega número 11 de la serie que comenzamos hace unos años.


SIENNA.  Leemos en Wikipedia que Pedro Sienna fue el seudónimo de Pedro Pérez Cordero  quien fue poeta, dramaturgo, periodista, crítico de arte, actor de teatro, productor, actor y director de cine. No dice allí que también incursionó como dibujante como puede verse en la portada de su libro de poesías sobre el mundo del teatro “El Tinglado de la Farsa” publicado en año 1922 bajo el sello Nascimiento y que destacamos hoy. Sus primeras poesías publicadas datan de 1917, y posteriormente lo vemos además publicando novelas y obras de teatro.  Para el año 1926 se dedicó al periodismo y literatura. En su honor, desde el año 2006 se entrega el premio que lleva su nombre para destacar la producción audiovisual chilena (cine) en las categorías habituales (mejor producción, director, actor, etc).



MASEREEL.  Franz Masereel fue un artista belga, uno de los más importantes creadores en el campo de la xilografía. Destacado pacifista, trató con frecuencia temas de interés social. Sale de Bélgica y se instala en Paris, en donde dice la leyenda, que fue un tal Queatre Boeufs, representante comercial de materiales para artistas, quién enseñó a Masereel los rudimentos del viejo oficio del grabado sobre madera, la xilografía. Su arraigado pacifismo lo hace instalarse en varias localidades y huir del ejército belga que lo buscaba para incorporarlo a sus filas. Se instala como voluntario de la Cruz Roja y dibuja, dibuja los horrores de la Primera Guerra Mundial. La editorial PAX en Santiago de Chile publicó el año 1936 la obra de Henri Barbusse “Algunos secretos del corazón” originalmente editada en 1921, que incluye no solo la portada de Masereel con un retrato del autor, sino que incluyó otras 24 iustraciones interiores. Su trabajo publicado en  1925 , simultáneamente en Francia y en Alemania, La ciudad (La ville/Die Stadt), novela en imágenes sobre la vida en la gran ciudad que refleja de forma clara las profundas desigualdades sociales, ha sido calificada como una de las grandes obras de narrativa gráfica del siglo XX.

Un artista digno de conocer. Como una excepción incorporamos a la portada dos de los grabados interiores de este libro.


  



DE LA FUENTE.  El dibujante Victor de la Fuente, múltiple laureado y reconocido por sus trabajos en el cómic, vivió varios años en Chile.  De su estadía es

muy poco lo que ha trascendido dado que en sus trabajos biográficos casi no la menciona. Sabemos que a su llegada logra trabajar para la industria editorial Zig-Zag, y hemos rastreado trabajos en formato de cómics en las revistas infantiles El Cabrito (entre 1946 y 1947). Posteriormente es probable que haya trabajado en publicidad y en portadas de libros e ilustraciones. Por ejemplo del año 1949 hemos podido localizar un libro con trabajos de ilustración interior de su autoría.  El libro es un trabajo de divulgación científica para jóvenes titulado “El Mundo Maravilloso de Pepe” de F. Ritserty que fue publicado en 1949.  Y del año 1952 es la portada que exhibimos hoy.  Posteriormente su última relación en Chile con el mundo de la historieta fue su recordada labor como director de El Peneca, transformado por él en El Intrépido Peneca, entre Diciembre de 1957 y Septiembre de 1958.  Para el año 1960 Víctor de la Fuente está nuevamente instalado en España, dejando atrás su etapa chilena.

El autor de la novela, José María Souvirón también español, vivió muchos años en Chile como académico y también colaborando en Zig-Zag. En 1953 volvió a España.


sábado, 9 de julio de 2016

Cien Artistas, Cien Portadas (10) Toko, Chavin, Stevenson [Artsybáshev, Wolfe, Edwards]

Para esta decima entrega he decidido seleccionar un conjunto de tres artistas de los que prácticamente nada conozco aún, pero que sin embargo su trabajo se consagró en la obra de un conocido escritor, renombrado  fuera de Chile y con una interesante historia que contar en cada caso. Los tres escritores han brillado, dos son extranjeros, y en su conjunto nos permiten tener una pequeña visión de lo que fue la denominada Edad de Oro del campo editorial en Chile.


TOKO.  Seudónimo de un dibujante que firma la portada el año 1929 para la obra del escritor de origen ruso Miguel Artzybacheff (Mijaíl Petróvich Artsybáshev)  publicada en 1930 bajo el sello “Librería y Editorial America Latina. Hugo Galasso Vicardo”.  Esta editorial se transformaría en un par de años más tarde en Osiris.  Fue parte del conjunto de editoriales que dieron vida a la denominada edad de oro del mundo editorial chileno entre los años 1930 y 1950 (para más información ver texto de B. Subercaseaux “Historia del Libro en Chile”), coincidiendo con la gran depresión y crisis financiera mundial que sumió a gran parte del mundo en una gran crisis humanitaria, y donde Chile sufrió especialmente.  Esto llevo al cierre de intercambio comercial y a una ausencia de divisas. Con ello se pudo dar en paralelo un trabajo editorial de publicación masiva de libros, muchas veces sin pago de derechos de autor, y en ediciones baratas.  Se aumentó drásticamente la cantidad y volumen de las ediciones, y la distribución se hacía en Kioscos y librerías. En este caso la obra tiene varios detalles de interés, por un lado el traductor Rafael Cansinos-Assens, un muy conocido autor español, traductor y poeta, y el prólogo a cargo de otro intelectual extranjero (Max Nordau).



CHAVIN.  Seudónimo de un artista activo en el área de las portadas en mundo editorial de los años 40, especialmente de Ercilla, sin que tengamos más datos sobre él.  Esta editorial fue también parte de la mencionada edad de oro. La obra que hoy estamos mostrando es una rara curiosidad.  Fue una novela escrita y publicada por su autor Bertram D. Wolfe, mucho más conocido por sus obras de biografías y crónicas, así como su actividad política y periodística, como un medio de obtener algo de dinero. Titulada Mundo sin Muerte (Deathless Days) no logró el resultado esperado. Luego de impresa la obra fue retirada y destruida por su editor.  Se señala en un libro sobre la vida de Wolfe que “solo quedaron dos copias” y que fue retirada porque el editor “temió por una demanda del hombre al que había sido dedicada sin su permiso”.  En la presentación de esta edición en Ercilla, también se indica que Wolfe salvó solo dos ejemplares, y que la causa de la destrucción fue que el editor temió por una demanda del gremio de las funerarias… Historia semejante, a la vez distinta y curiosa. Llegó una de esas dos copia a Chile donde fue traducida y publicada, siendo entonces la única edición que hoy puede encontrarse de la obra.


HERBERT STEVENSON. El autor de la portada de este libro Gente de la ciudad (1961), el segundo que publicó el escritor Jorge Edwards, premio Nacional de Literatura (1994) y distinguido también en España con el Premio Cervantes (2000) es alguien que firma como Herbert Stevenson.  No he sido capaz de encontrar nada más sobre él.  Es una dibujo bastante naif que busca de alguna forma reflejar el contenido de la obra, cuentos de Edwards sobre tipos humanos que pueden hallarse en una ciudad. Edwards “ha señalado que se trata de un homenaje que realizó a James Joyce, cuyos cuentos siguen fascinando al autor” hasta el día de hoy. Es mucho lo que puede hallarse sobre este distinguido y laureado escritor, pero nada sobre el autor del dibujo Stevenson.  Solo he podido hallar una referencia a alguien que se llama igual, y fuera profesor de Inglés del escritor Alfonso Calderon en la sureña ciudad de Los Angeles, pero tengo mis serias dudas que sean la misma persona.


martes, 28 de junio de 2016

Una Bodega de Tesoros

Uno de los deseos escondidos de todo coleccionista es tener un objeto lo más posible cerca de su estado original.  Esto es así tanto para motocicletas, monedas, libros o revistas.  Así el “santo grial” de esto es encontrar “algo antiguo, nuevo”, o en la jerga un ítem “no circulado”.  

Como paréntesis mencionemos someramente los principales itemes de clasificación de objetos usados.  El mejor corresponde a No Circulado (Uncirculated); luego le sigue el estado Muy Bueno; seguido de Bueno, Regular, y  finalmente Mediocre (o solo lectura, por ejemplo si es un libro).  Esta es una clasificación habitual, y existen muchas variedades de ella, incluyendo numéricas (por ejemplo de 0 a 10).  La que no existe, por cierto, es una que habitualmente podemos encontrar en Internet: “Buen estado considerando los años”.  Esto porque el estado del ítem no tiene que ver con la antigüedad (por ejemplo una moneda romana de 2.000 años puede estar en cualquiera es estos estados).


Pero no nos desviemos. El otro día viendo el programa de TV de los buscadores de tesoros, esos dos personajes típicamente norteamericanos y que parecen una versión moderna de Laurel y Hardy, llegan a una bodega antigua que conservaba repuestos de las motocicletas Harley-Davidson de los años 20 y 30, en sus envases originales, dado que en su momento no se vendieron y luego quedaron descontinuados y olvidadas allí. Hoy día son objetos sumamente valiosos y buscados.

Pensando en las posibilidades de que pase algo semejante con revistas en Chile he imaginado pocos escenarios.  Un coleccionista los compró cuando salieron, los conservó en sitio apropiado y muchos años después salen a la luz. Unos 40 a 50 años después.

Otra posibilidad es que, en algún lugar recóndito, y por azares del destino semejante al que pasó con los repuestos de las motocicletas, quedaran estas revistas almacenadas por muchos años. Decenas de años para ser precisos, cerca de 40 años. . .

Pues claro, ese “sueño” es posible, aunque escaso por cierto.  Hace unos meses atrás contacté a alguien que vendía revistas de historietas a precio razonable, y decía que en buena calidad, desde una ciudad del sur.  Pues bien, todo resultó ser cierto.  Cerca del 50% de las revistas estaban sin circular es decir recién salidas de la imprenta, despachadas al sur para su distribución.  Por un tema de costos, aquellas que no se vendían no se devolvían a Santiago. Quedaron almacenadas simplemente mientras los años pasaban a su alrededor.


El otro 50% correspondía a revistas que estuvieron expuestas en kioscos, y que tenían algún deterioro por ello, pero ninguna por el hecho de haber sido leída.  Osea, eran revistas “antiguas, pero nuevas”.  Todas ellas correspondían al período 1971 a 1975.  Y por supuesto, en la bodega había habitualmente más de un ejemplar de cada número, y casos en que las revistas tenían algún volante  publicitario en su interior, imposible de encontrar hoy día de otra forma.

Busqué indagar un poco sobre esta historia, y de hecho tuve la suerte de encontrar una breve nota de devolución de un kiosco de un pequeño poblado a este distribuir del sur, y que muestro a continuación, borrando los nombres.  Está fechada en Noviembre de 1972.



Una vez que este distribuidor regional recibía estas devoluciones, las ponía en cajas y las dejaba en una bodega.  Todo esto se acumuló con el tiempo, y ello llevo a que hoy día se puedan disponer de Cabrochico, La Firme, Far West, El Manque, Jungla, etc de ese tiempo, especialmente del período Quimantú, en excelentes condiciones. 

Muchos años después, un familiar cercano  se hace cargo de la propiedad, y descubre en esta bodega este tesoro.  Sabiamente busca venderlos y dada la cantidad de ejemplares de cada revista, da para muchos coleccionistas felices.

Conversando con libreros especializados, me cuentan de uno o dos otros casos. Situaciones semejantes. Por ejemplo una bodega de un kiosquero que guardo por años revistas, incluso cigarros defines de los años 1960.  Allí habría estado el número uno del Dr. Mortis en impecable calidad, me relata.


Es habitual que uno pueda encontrar historias como las relatadas en publicaciones, sitios web e incluso enciclopedias norteamericanas.  Bueno ahora ya tenemos un caso documentado en nuestro país.

Las tres portadas que se adjuntan estan scaneadas de esos ejemplares sin ningun retoque,

    


sábado, 4 de junio de 2016

PARA TODOS. Cuantas Revistas hay en un nombre

Un fenómeno reiterado dentro del mundo de las revistas, al menos en el mercado chileno, es la repetición de títulos en el tiempo.  Los motivos son variados, pero usualmente tienen que ver con dos razones.  Uno es el aprovechamiento de un registro legal que la empresa ya posee y que les permite de este modo no tener que registrar un segundo al sacar la nueva publicación años después de la primera.  Y el segundo es el uso del eventual éxito comercial que pudo tener anteriormente un título, y que de alguna forma permee a esta nueva publicación en la mente de los lectores.

Veamos hoy día el ejemplo del título PARA TODOS.  Según nuestros registros este título fue utilizado en cuatro ocasiones distintas por la editorial Zig –Zag.

La primera ocasión fue en el año 1927.  Comenzó como una publicación con novedades y noticias varias de todo el mundo, muy ilustrada y con variadas fotografías.  La participación más destacada en esta época fue con las portadas con dibujos de Julio Arévalo, que aprovecharon de plasmar un estilo muy moderno y elegante, y bastante distintivo.  Son hoy día parte del grupo de las más recordadas dentro del limitado ámbito de los estudios gráficos chilenos. Posteriormente la revista redujo su tamaño, y logró publicarse hasta el año 1931.
<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar 1 (4-oct-1927)  hasta el 103  (15-oct-1931)>>

   

   


Pocos años después, en 1934, renace como una revista dedicada casi exclusivamente a las populares expresiones de masas en ese entonces, osea el cine, la radio, y con la inclusión de variado material de lectura (cuentos y novelas cortas).  De tamaño estándar de revista, con fotografías de artistas como portada, publica varias notas con trabajos hoy clásicos dedicados al jazz por parte de Pablo Garrido, incluyendo su reconocido ‘Recuento Integral del Jazz en Chile’, y con una fuerte orientación al cine.  Se alcanzó a publicar casi exactamente un año.
<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar  1 (26-nov-1934)  hasta el 50 (4-nov-1935)>>

   



Al no cumplir con las expectativas de venta, la editorial decidió fusionarla con otra publicación.  Así unió la revista PACIFICO con el título en análisis, y le dio un nuevo enfoque (con Coke ilustrando la portada por ejemplo) y solo duró dos meses más. Ocho ejemplares se habrían publicado de la revista PACIFICO PARA TODOS.
<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar fechado el 11-nov-1934  hasta  el de 30-dic-1935>>



Finalmente el año 1950 nuevamente Zig-Zag se atreve con PARA TODOS.  Esta vez es con el objetivo de entregar material de divulgación técnica y científica.  Para ello, y asumiendo un formato académico de numeración, presentó  los ejemplares agrupados en volúmenes.  En total publicó dos años, hasta 1952.



<<En la Biblioteca Nacional se listan desde el ejemplar  Vol. 1 No. 1  (Oct-1950)  hasta el  Vol. 3 No. 19 (1952)>>

sábado, 21 de mayo de 2016

1913 Dibujante Eguren Larrea y Revista Austral

Rebuscando en la historia de las revistas, hay ocasiones en que pueden encontrarse sorpresas, como es el caso de este feliz hallazgo que permite hechar más luz sobre un casi desconocido dibujante peruano que durante un tiempo ejerció en Chile. 

El año 1913 se comienza a publicarse en el sur de Chile, específicamente en Valdivia y Temuco, una revista que toma el titulo de Austral.  Es de estilo magazinesco, de hecho señala ser “Semanario Ilustrado de actualidades”, con fuerte orientación local, y con elementos gráficos que incluyeron algunas caricaturas y fotos.  En ese tiempo la variedad de publicaciones y la distribución geográfica de muchas de ellas darían envidia hoy.

Portada número 7 de Eguren Larrea

Lo que primero llama la atención en Austral es el impulso que dio al uso de caricaturas en portadas, lo cual es de reconocer, era parte de una tendencia entonces.  En total publicó 18 números con periodicidad semanal.

Buscando identificar los autores de las mismas, dos nombres resaltan: Marius y Dario Eguren Larrea.  Marius es un seudónimo de Luis Fernando Rojas, autor reconocido al que en el futuro dedicaremos alguna otra entrada además de la que meses atrás ya expusimos. El otro es el artista de nacionalidad peruana Darío Eguren Larrea.

Anteriormente era muy poco lo que sabíamos de Eguren Larrea.  Lo señala Coke como un dibujante peruano que se hacía pasar por español y así evitarse malos ratos, y que estuvo un tiempo laborando en Chile. También se puede encontrar en diversos sitios que nació el año 1892 (aún cuando algunos indican 1882 o 1887) y que falleció en 1942.  En Perú colaboró con varios periódicos y revistas, en ilustración y con crónicas, y publicó tres libros entre 1921, 1929 y 1930; además de participar en varias exhibiciones de sus pinturas. Fue definitivamente un artista multifácético, que buscó ampliar sus horizontes viviendo un tiempo en Buenos Aires y otro en Santiago.

En Chile trabajó en la revista Zig-Zag y en el periódico La Mañana, aproximadamente entre 1910 y 1915.
  
Otras dos portadas debidas a la pluma del artista peruano


Ahora podemos agregar nueva información que aparece en el ejemplar número 5 de la revista Austral, en una nota a la que se acompaña un retrato suyo.  

Dice allí:
Ha sido colaborar asiduo de Zig-Zag, imprimiendo novedad y chic a esta publicación. En Corre-Vuela su lápiz ha hecho célebre la sección ‘Semana en Solfa’, distinguiéndose siempre por su ingenio peregrino y retozón.  Esto cuanto a artista; cuanto a hombre vale tanto o más que el celebrado pinta-monos. Elegante y pulcro en el vestir y cuidadoso de su persona, cultiva el físico a la par del espíritu.  Es alegre y bullicioso; ama la sandunga, el picadillo ingenioso y los ojos negros…

Recién regresa de un paseo por el Perú, y con mucho gris en el alma vino a nuestras montañas a poner sosiego a sus nervios y oxígeno a sus pulmones.   Los copihues rojos le harán talvez añorar una boca en llamas con besos primaverales. . .  Austral saluda efusivamente al camarada de las horas alegres y le ofrece una copa espumante de zumo de manzana…”

La demostración más palpable del encanto que debía transmitir Eguren lo podemos hallar en el hecho de haber sido uno de los invitados al evento mayor de la sociedad el año 1912 en Santiago, el Baile de Fantasía en el Palacio Concha-Cazotte, celebrado la noche del 15 de octubre de ese año. Según nos narra un libro editado al respecto por el Museo Histórico Nacional del año 2013, Egurren concurrió allí disfrazado de caballero español.  Luego del evento publicó numerosas viñetas e ilustraciones tanto en el periódico La Mañana como en la revista Zig Zag, algunas de las cuales son reproducidas en ese libro.

 
Eguren Larrea     y     Marius

Artista que firma como JLS


En la revista Austral, Eguren Larrea se turno por al menos 10 semanas en la ilustración de portada con Rojas (Marius), siempre con personajes locales.

domingo, 8 de mayo de 2016

Cuando Moustache era Julio Bozo (1901)

Hace unos meses atrás dedicamos una entrada en este Blog a contar algo sobre una revista que se publicó en el inicio mismo del siglo XX en Chile titulada La Lira de El Chileno.  Allí dijimos que con ese nombre solo publicó tres ejemplares, y que a contar del cuarto ejemplar cambió su nombre a El Chileno Ilustrado.

Pues bien, una de las cosas que nos llamó la atención en los ejemplares revisados fueron unos trabajos de ilustración, caricaturas  y proto-comics que allí encontramos, algunos de los cuales estaban firmados por JB.  Al poco tiempo averiguamos que JB correspondía al nombre de Julio Bozo, quién luego sería un dibujante muy popular a contar de su trabajo en la revista Zig-Zag desde el año 1905 usando el seudónimo de Moustache.

>> Portada del número 3 de  La Lira de El Chileno firmada por Julio Bozo <<

No teníamos mucho más información sino hasta que hace unos días el investigador Mauricio García nos enviará un resumen de su vida, en donde destaca el hecho de que Julio Bozo era abogado titulado, y diera algunos datos sobre su vida que resultan de mucho interés al integrarlos con sus trabajos en La Lira de El Chileno.

Sus estudios de Derecho los termina el 4 de noviembre de 1895 cuando es declarado Bachiller en Filosofía y Humanidades, y que luego completara  su esfuerzo para titularse con la publicación de su memoria el año 1901, con lo cual queda listo para jurar como abogado cosa que hace el 9 de enero de 1902 ante la Corte Suprema.

>> Retrato de 1909 de Julio Bozo<<

Pues fue justamente cuando concluyó sus estudios que se embarcó en la caricatura.  Menciona García que comenzó como dibujante en la revista Instantáneas, el año 1900 gracias al escritor Joaquín Díaz Garcés, con quién luego compartiría en la revista Zig-Zag.
Ahora sabemos que también trabajó en esta Lira de El Chileno donde publicó algunos cuadros humorísticos e incluso esta pequeña historieta “El Bastón Maravilloso. Cuento químico de propaganda salitrera.” En donde narra las desventuras de un buscador que descubre una fabulosa mina en el norte.


También tiene unos trabajos de caricaturas como posteriormente se le verían en Zig-Zag, como esta titulada “Galantería sin Igual” dedicada a una historia en un abarrotado tranvía santiaguino.  Otra de las razones por las que Moustache es recordado es por su aporte a la incipiente creación publicitaria local. Isidoro Basis lo llega a calificar como uno de los grandes pioneros.  Dice  de él: “[uno de los] dibujantes chilenos muy creativos como Moustache, autor de un mensaje de apoyo al uso de buenos letreros exteriores para captar clientela […] fue muy cotizado, gracias a numerosas campañas de publicidad de su autoría” (200 Años de la Publicidad en Chile).




El retrato que adjuntamos de Moustache fue publicado en un número especial de aniversario de la revista  Zig-Zag, celebrando su cuarto aniversario en el año 1909, junto al resto de los dibujantes ya populares gracias a la publicación de la revista.



>> Caricatura Publicada en revista Zig-Zag <<